Por Manuel Araníbar Luna
Se ganaron los tres puntos en un partido decisivo. Mosquera les puso en claro que lo que se viene no es nada fácil. Un empate no sirve. Con el chip actualizado y libre de virus, los celestes entraron a recuperar los puntos perdidos dispuestos a derrotar a un equipo difícil con jugadores peligrosos, teniendo en cuenta que el equipo mistiano es el cuadro más goleador con un tanto menos que los bajopontinos.
En
racha y con filo de hacha…
Lo
primero que sorprendió fue el ingreso de Percy Liza. En el partido anterior salió
rengueando y quejándose de dolor. Hoy entró como si nada, demostrando que
cuando se está en racha y con filo de hacha, un jugador continúa anotando, asistiendo,
entrando a crear pánico en el área enemiga y saliendo para jalar marca, dejando
entrever que no quiere perder el ritmo de salsa y de goles. Prefirió entrar sin
quejarse para no soltar el puesto que se había ganado porque hace varias fechas
que la está metiendo. Mosquera hizo lo que dice el antiguo refrán (que no tiene nada de mañoso)
“no saques al que la mete, ni metas al que no hace nada”. Percy hizo lo básico
de un delantero centro, pisar el área para ganarse los frejoles. Primero intentó
sombrearle la pelota al arquero pero , por desgracia, la bola le dio en la ñata. (no la salvó el arquero,
Conejito, fue un ñatazo).
En
otro bombazo de Ávila al área chica, Liza la cabeceó hacia el piso, como los que
saben. Piña con sal y otra vez, de puro piña la pelota chocó en la pierna del arquero (Conejito, ponte
lentes, tampoco la salvó el arquero). Con estos actos Percy demostraba que cada
entrada suya era un peligro de sismo para los arqueros rivales.
Recordando
el 2012…
En
el segundo tiempo llegó el gol que nos trajo a la memoria los contragolpes mortíferos
con Junior Ross en el 2012. Távara desde su cancha habilita a Castillo el
bueno, este le alarga el pase a Irven que la lleva en carrera de cien metros planos con
vallas. Llega al filo del catre un segundo antes que su marcador y desde ahí chorrea
el pase venenoso para Liza que nuevamente tiene la lisura de meterla a la
carrera. 1 a cero. Los rojinegros atacan metiendo centros, porfiando, cargoseando,
mañoseando, fingiendo, pero el marcador -como el cadáver de una bataclana- ya
no se mueve.
Aprobaron
el examen…
No
se le puede dar el diploma de honor con besito de la secretaria del colegio a
un solo jugador porque todos tuvieron un rendimiento aprobatorio por encima del
13 y unos cuantos pasaron el 16. Duarte paró con el pecho un disparo a boca de
urna (esa fue la tapada del partido, Conejito). Madrid defendió bien, aunque perdió un par
de pelotas en salida. Merlo con la prestancia de siempre, perdió un gol y le anularon otro. Gianfranco, cumplidor y bien ubicado, tuvo que darle una mano a Lorita porque por
su banda se cargaron los ataques. Távara fue el único que dio pases de
cincuenta metros y pateó desde afuera, aunque con la mira del rifle empañada.
Castillo corrió toda la cancha y colaboró en la contención. Calcaterra cumplió hasta
que fue cambiado. El Chamo pasó la nota 13 y salvó el curso arañando. Ávila colaboró
arriba y abajo, habilitó a sus compañeros y en la jugada del gol corrió como si
tuviera quince años. Liza ya demostró que puede pelear el titularato y no lo
quiere soltar.
El
mejor jugador mistiano…
Mención
aparte para el mejor jugador del Melgar, el árbitro Haro. Hizo todo lo posible
para que su equipo rojinegro empate. No sancionó penal a una mano más grande que
la de King Kong en el área de Melgar (sí fue penal, conejito, estás miope). Y para rematar
su actuación dio ocho minutos de suplemento de leche en polvo para niños. Para rematar su actuación, les
dio otra ayudita a los mistianos agregando dos minutos más. Es que para después
del partido le iban a invitar chupe de camarones y rocoto relleno. Como no
lograron empatar, tuvo que almorzar con su plata. El chupe se lo comieron los
rimenses. Buenas noches.
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