sábado, 10 de febrero de 2024

DOS GOLES DEL KILLER Y NOS TRAEMOS UN PUNTO.

 Por Manuel Araníbar Luna

Para describir lo que fue el partido de Cristal contra Cienciano no hay  más que mencionar una estrofa de un tema del popular cantante Tongo (+): “Sufre peruano, sufre, si tú quieres progresar”. Con el respeto que se merece el compositor lo podríamos variar: “Sufre celeste, sufre si quieres campeonar”.


Bien, ayer Sporting Cristal sufrió durante todo el encuentro. Para un equipo de la capital el solo hecho de jugar a más de 3600 msnm es ya un sufrimiento. El soroche no perdona hasta al atleta mejor dotado que no conoce lo que es practicar deporte en canchas andinas. No es una excusa por supuesto, pero vale para dar una explicación, mas no justificación, de todo lo que sufrieron los celestes.

El Killer dispara primero…

Ningún equipo de Lima puede rendir al 100% de su capacidad allá. Pese a ello, los celestes entraron a jugar de igual a igual a los cusqueños que llegaron con peligro al área cervecera apenas empezando el partido. Primera alerta roja.  Los celestes no se quedaron de chimpunes cruzados. Alerta celeste. A los 6 minutos el Killer Caute entrando por la esquina izquierda mete un zapatazo que choca en la mano de un jugador rojo. De primera intención, el miope Ortega señala que ha sido fuera del cajon. Los celestes pitean y tras una deliberación de los varrachos del VAR se decreta la pena de fusilamiento. El Killer la toma y con la frialdad de un sicario abre el marcador con cuchillo de boy scout. Uno a cero.

Como jodienda de suegra…

Los cusqueños siguen atacando y los escuderos celestes se defienden con todo y contragolpeando de vez en cuando. Los ataques no cesan. Un disparo por la derecha choca en el hombro de Leo. Penal. 1 a 1. Los rojos no están contentos y siguen insistiendo. Por su parte los celestes pierden coordinación motriz, pierden pelotas en simples amagues puesto que la pelota corre más rápido por menos presión atmosférica (es mentira que en altura pesa menos), son superados en velocidad mientras los rivales pasan como balas. En resumen, se empiezan a ahogar. Es entonces que los rojos voltean el partido.  Sus ataques se hacen frecuentes como jodienda de suegra. Se pierden varios goles y esa es su perdición.

El olvido de Peloduro…

Para el segundo tiempo recordamos una certera frase del Piki

-Jamás des por muerto a un cervecero.

Bien esta frase no la conocían los cusqueños. O no se lo advirtió su entrenador Peloduro Ibañez quien ha sufrido varias remontadas cerveceras en su propia cancha cuando era guardavallas del equipo de Ate. La ven fácil al ver la lentitud y el ahogo de los rimenses. Se pierden goles jugando al gato y al ratón ante el jolgorio de su hinchada. Es bueno acotar que no todos los celestes se ahogan. Nacho, el Hombre Lobo, Leo y el coloradito Wisdom no lo sienten o al menos no lo demuestran (aunque hay que ser justos, el Colo está fresquito porque recién ha entrado). Los celestes toman los últimos aires y empiezan a atacar, no mucho pero sí lo suficiente para asustar a los pupilos de Peloduro, aunque siguen confiados en una victoria. Los rojos quieren atarantar charlándole a la oreja al Killer y a otros como Távara. Bah, ese floro barato ya está viejo. Inventen otro. Los celestes vuelven a triangular. Un disparo del Speedy Joao sale desviado. Peloduro se jala los trinches. Todo indica que se viene el empate.

El Killer vuelve a matar…

Entonces viene el tiro de esquina desde la zurda ejecutado por el zurdo Távara. Dron con curva que llega a la candela. Los rojos la rechazan y la gorda llega a los pies del Coloradito Wisdom que mete la volea como le salga pero (hay que reconocerlo) la pifia, pero la bola llega a los pies de Leo que la vuelve a meter al fogón. Otro rechazo. La pesca el Lobizón que se la juega al Killer. Y como todo matador que se precie de serlo, no perdona a la res. Se la acomoda y la mete. 2 a 2. Peloduro envejece al punto que parece el abuelito de Anita la Huerfanita. Es su culpa por no advertir a sus pupilos que están enfrentándose a un grande.

Papá no fue papá…

Tiro libre contra los celestes. Centro y la meten de rebote. El árbitro ciego señala gol. Peloduro rejuvenece y celebra saltando como un pulpín pero sólo por pocos segundos porque los borrachos VARicosos indican que dos rojos están más adelantados que Suecia y Dinamarca juntas. Ibáñez vuelve a envejecer. Luego al grito  de “celestes a defender”, los rimenses pelean tal como en cantina, golpe por golpe y botellazo por botellazo. Entran Pacheco, Irven y Alejandro el chico. Y ya no pasa nada. El Papá ya no es el Papá, se queda como tío nomás. Buenas noches.

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