Por Manuel Araníbar Luna
Canchita,
chifle y maní…
Aun
así, el equipo cervecero tuvo dos buenas ocasiones de anotar pero los disparos de Távara y
Calcaterra se fueron a romper los anuncios. Recién a los 30’ los bajopontinos
pudieron anotar gracias a una sucesión de pases que se inician por un delivery
de Liza para Canchita que le da la pelota
rellena de chifles y maní tostao a
Alejandro el Chato que mira adelantado a Zamudio y lo hace volar a
atrapar el aire porque la pelota entra limpia, bañadita y acariciada al fondo
de la canasta del pan (que está subiendo de precio pero no de tamaño). Después
no hubo nada más en el primer round, salvo una pelota bombeada y mal pateada a
la valla de Alejandro el flaco.
El
Hombre Elástico…
Sin
embargo, en segundo tiempo vimos la otra cara de la moneda (el escudo y su
cornucopia antes de que le borren las monedas) luego de que los bajopontinos
aumentaran la cuenta con IGV y propina para el mesero. Y no por obra y gracia
del Espíritu Santo sino de Calca. La jugada la empezó Canchita que estuvo muy
servicial apoyando en el quite, armando juego y habilitando a su cumpas. Jugó
para Irven y este -que estuvo una pizca vacilante en el primer tiempo- hizo lo
más rescatable de su actuación, le dio un pase que pasó limpio por el túnel de
la Herradura para Calca que se metía corriendo como escapero con un celular.
Todo el mundo sabe (y Zamudio también) que a Calca le dicen el Hombre Elástico
porque tiene cintura de jebe. El pobre Zamudio pensó rápido: “este flaco no me
la hace, va amagar para un lado y la mete por otro, me juego por el otro lado”.
Calca hizo el queco de su movimiento de hula hula pero la mandó para el mismo
lado y el arquero para el otro. 2 a cero. Era el gol de la tranquilidad (que no
fue tanta como uno se imagina).
Bueno
es culantro…
Los
huancas se mandaron al “empate o muerte” y al poco rato ya se estaba jugando más
en el campo rimense que en las pampas de Junín. Y es que los celestes venían de
una seguidilla de agotadores partidos: Libertadores, Fase 1, Final de la Fase
1, Copa Bicentenario, Final de Copa Bicentenario, Copa Sudamericana, Fase 2, y
en esos partidos -sobre todo los internacionales- corrió patada al mango. ¡qué
iban a mantenerse frescos teniendo el cuerpo magullado de tanto codazo y tanto
machete! Bueno es culantro, pero el cuerpo no da para tanto.
Joao
deforma el poste…
Debido
a su porfiado asedio los huancas empatan por gol de penal al chocar una pelota
en el codo de Gianfranco. 2 a 1. El profe Mosquera, viendo que los celestes
actuaban visiblemente golpeados y agotados decidió hacer cambios. Sacó a Távara
y metió a Castillo, sacó a Liza y metió a Grimaldo. ¿y luego? Resistir el
embate y contragolpear mientras se pueda hacer daño. En uno de los contragolpes
Joao mete tremendo patadón que deforma el poste, pero la bola se niega a
ingresar. Luego siguen obstinadas (e improductivas) embestidas huancas y
tenaces rechazos rimenses hasta que Legario, el arbitrario, en vista de que sus
engreídos no logran empatar, dice chau. Buenas noches.
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