Por Manuel Araníbar Luna.
Imaginando que Brasil iba a golear a Ecuador Gareca plantea el partido para jugar “a ver qué sale, y si no pasa nada quedamos segundos en el grupo”. Perú jugaba a la de mentiritas mientras los chamos de camiseta guinda querían ganar sí o sí, no había otra. No obstante, tomaban sus precauciones sabiendo que Lapadula es más peligroso que un cebiche de carretilla. Aún sabiendo que tenía que ganar, el Dt venezolano puso a cinco chamos por siaca en la línea de Detroit.
Serenata
a San Pedro…
Hasta
ahí todo sin sobresaltos. Llega entonces el primer campanazo de Perú. La toma
la Culebra y la pone a la derecha donde se proyecta Takataka Corzo lleno de
confianza (porque aún no había entrado el Pitufo Soteldo) y suelta un centro arrastrado
como para que la meta el que la toque, pero no la mete nadie. La pelota pasa limpia
y planchada en las narices de todo el mundo hasta el otro lado donde la espera un
Yoshi que espera sin vigilancia particular pero la manda a la tribuna. Como se
puede ver, se está llegando facilito, sin mucha ciencia.
Pero
un minuto después un chamo lanza tremendo patadón al arco que la bloquea la
Pantera pero da rebote. El único delantero llanero se lanza en palomita cuando
Gallese está en el piso. Bien dice el antiguo dicho callejonero, “palomas y gatos,
animales ingratos”. La paloma se le vuela a los anuncios cuando Gallese estaba ya
rezando un avemaría a su tocayo San Pedro en la pre-serenata del Día del Pescador
para que la falle. Terminando el partido besa la estampita de San Pedro
Pescador por no dejar que la palomita del chamo entre a las redes que no son de
pescar.
Calma
y paz por el gol de Brasil…
Recién
Gareca se da cuenta que los chamos defienden muy bien en bloque. Exige orden en
las salidas, toques laterales y cuidar la pelota. Claro, tampoco hay modo de
penetrar esa doble muralla de palitroques color guinda apretujados como
anchovetas en lata. Llega entonces la noticia del gol de Brasil a Ecuador. Gareca
se sacude la melena y les dice que le quiten el pie al acelerador. Pero los
chamos no quieren ser los últimos del grupo. Así que mientras los granates esperan
la primera ocasión para contragolpear los peruchos la pasean de arriba abajo, de
derecha a izquierda y de vez en cuando lanzan un pelotazo para que la pesque el
bambino, pero siempre se la dan estorbada, siempre entre dos botellas, una de vino
chacra y otra de vino tinto. Así se van al descanso.
La
culebra vacuna…
Empezando
el segundo tiempo los peruchos ya se adelantan diez metros más allacito.
Carrillo chapa las puntas y tras un
quiebre consigue un córner. La centra Yoshi con curva de plátano de la
isla, Renato la cabecea muy estorbado, la bola choca en un defensor y no se
sabe de dónde se aparece un fantasma conocido como La Culebra que la mete en
las narices del arquero, que si no le hubiera chocado a un granate le anulaban
el gol porque estaba en offside. 1 a 0 y los peruchos se tranquilizan. Los
chamos no, porque Ecuador le ha empatado a Brasil.
¡Amarren
a ese chato!
Algunos
asientan el almuerzo con cerveza pero aún no quieren destapar la botella de
Vinatea. El Bambino Gianluca lanza un pelotazo desde el medio campo, pero sale
aislado, que si esa pelota entra hay pizza gratis para todos en el camarín.
Para jugarse el todo por el todo el DT veneco hace un cambio, mete a un chato
que por la noche le va a dar pesadilla a Corzo. Una pesadilla con apellido
Soteldo que le quiebra la cirunta al Taka taka y este tiene que pedir apoyo
para no irse enyesado al camarín. Tiro libre contra Perú. El delantero guinda
la shotea con curva tipo Cubillas y la pelota no entra porque Pedrito Gallese
le sigue rezando a su tocayo San Pedro.
Un
sombrero del Charro…
Sale
el pizzero, entra el Charro Ormeño y a los segundos hace un sombrero de Jalisco
y dispara, pero le anulan la jugada por foul y ya no hay tiempo para más. Mala
suerte, mi cuate, has entrado muy Tarzán. Lousteau dice chau. Todo está
consumado, y el vino tinto se avinagró. La Culebra metió a Mago en su sombrero,
Castillo se convierte en choza, Hurtado se va en cana por choreo, Rosales se
queda sin flores, Peseiro es una peseta y el chato Soteldo sigue dribleando en
la cancha pero todos ya se han ido. Hemos pasado al siguiente cuarto y aún no
se sabe con quién nos vamos a chocar. Buenas noches.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario