domingo, 13 de octubre de 2019

SE PERDIERON DOS PUNTOS (Y LA PUNTA)


Por Santiago Salazar
Como se sabe, Gremco es dueño del estadio de Ate. No obstante, en esos noventa y tantos minutos de juego el dueño de la cancha fue Cristal. Y si los celestes no ganaron fue por la buena actuación de su guardavallas y por deficiencias en los remates. El partido estaba más que fácil. Cristal bien plantado en la cancha  y los locales bien plantados en una maceta.  

Una pollada con la puerta abierta...
Los cerveceros asfixiaron a los locales desde el silbatazo de VH. Todo el primer tiempo  se jugó en campo local y el 80 por ciento del segundo fueron dueños de la pelota y de la cancha pero no pudieron adquirir los derechos para meterla al arco. Se llegaba en ráfagas pero por desgracia se disparaba poco, y con balas de juguete.  Se fallaba en la definición, unas veces por apresuramiento, otras por egoísmo, unas cuantas  por falta de criterio. Los celestes se metían como a pollada con la puerta abierta, mientras los jugadores de la percudida sólo atinaban a estorbarlos o a verlos pasar. Estaba escrito hasta en los sitios de apuestas que los goles iban a llegar pero no siempre los jugadores leen estas cosas por falta de actitud, por desidia o por ver muchos videojuegos. ¿De qué te sirve estar a tiro de gol cuando no defines? Para colmo, tras un centro con cicuta y arsénico de Loba, Nando se pierde el gol de la punta del certamen por un mochazo que dio al filo del catre. No fue gol porque Carvallo estuvo rezándole a la Virgen de la Caridad del Cobre y al Señor de los Milagros
¿Qué se puede decir de la defensa? ¿Mejoró? Casi nada. Digamos que no fue exigida. Hubo errores en salida y fouls innecesarios en las inmediaciones del área propia (esto ya es endémico), sin embargo la poca efectividad de los locales les facilitaron las cosas.
En el bloqueo, Piki se bastaba para luchar solo sin ayuda de nadie. Calca y Martín armaban algunos rompecabezas pero sus pases profundizaban muy poco para los escapes  de Chorri Segundo y Nando, sobre todo este último causaba desmayos histéricos entre los palitroques locales aunque siempre haciendo una de más (no estaría de más que de vez en cuando levante la cabeza para habilitar al compañero más libre). La sorpresa fueron las proyecciones de Johan pero algunas terminaron en  un desmadrid.  Después el lateral dejó de mandarse al ataque, y cuando defendía cometía el error de barrer al chatito De la Cruz que le hacía chiches de fulbito.
La causa rellena...
Loba,  desde el saque empezó a mandar encomiendas. Algunas llegaron con retraso y otras con dirección equivocada. Es que Carlitos, como Tito Nieves, fabricaba fantasías, pero los de arriba no concretaban. Comizzo, que le tiene miedo como al cuco, mandó a que se le peguen con calcomanía percudida. Pero el che no contaba con su astucia, Loba se le pegaba a otro rival y jalaba marca para que Calca y Martín armen por otro lado. Por desgracia Loba se cansó, y con él todo el equipo. ¿La causa rellena? Habían salido a presionar todo el primer tiempo, lo cual trae desgaste en el segundo.
Patita de colibrí...
¿Qué hizo Comizzo con su plantel “hechizo”? Mandó a su gente a apretujarse en su campo al estilo discoteca de San Juan de Lurigancho, tal  como en el metropolitano a las siete de la mañana. Su promocionada garra no fue ni de patita de colibrí, sus ataques no hacían yaya, y los pocos que intentaron fueron un saludo a la bandera. Los minutos pasaban y el gol no llegaba. Vana espera. Barreto no tuvo un plan B. Tampoco había mucho que recambiar. Loyola reemplazó a Loba (¿?) y el rumbo no varió ni un grado a babor ni a estribor. Por último Victor Hugo, luego de paralizar el juego varias veces por causa de los rayitos láser (justo para enfriar el partido cuando los rimenses atacaban) decretó el chau. Buenas noches.
CODA. 
  • ·        En resumen, se perdieron dos puntos, y con ellos la oportunidad de alcanzar la punta del certamen por inoperancia de la delantera y por la falta de variantes en el ataque ante un equipo cien por ciento ganable.
  • ·     Loba últimamente no juega los 90’. Diferente hubiera sido el resultado si entraba empezando el segundo periodo. Su producción aumenta cuando ya se ha visto cómo están plantados ambos equipos en la cancha y cómo va el marcador. Con su lectura de timonel del equipo del partido sabe cómo resolverlos desde adentro. Pero, bien dice el dicho “el capitán conduce pero el dueño del barco decide cuándo”.


1 comentario:

  1. OTRA VEZ TODOS LOS DEFENSAS COMETERON FALTAS EN LAS INEMDIACIONES. REVOREDO VOLVIO A MALOGRAR VARIAS SALIDAS HASTA CUANDO POR DIOS??????????????

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