viernes, 31 de marzo de 2017

UN TRIUNFO A PURO TOQUE Y AGUANTE

Por Manuel Araníbar Luna
Al principio todo fue precaución. Perú temía a los matadores Suarez y Cavani. Uruguay temía a Paolo. Perú a pasitos de ensayo. Uruguay esperaba. Perú tocaba en corto, Uruguay jugaba en largo. Se llegaba con pasecitos  de gato sobre  la alfombra. Y esto era un una mala interpretación de las indicaciones del Tigre. .
Espérame que ya vengo…
Los amantes del buen futbol aconsejaban que se juegue al pase de fulbito con que siempre se les ha retorcido  la cintura a los charrúas, pero los peruchos empezaron rifando la pelota. Todas por alto como si los jugadores peruanos midieran en promedio 1.90mts. No pues. Una de ellas le cae como asteroide a Paolo que la amansa a la carrera y, sin que toque el pasto, se la manda al muslo derecho  de Muslera. Piña, la bola pasa por la vereda y saluda al tronco diciéndole “espérame que más tarde vengo”.
Paolo sabe jugar así, suele jugar así, está acostumbrado a jugar así, solo contra el mundo, pero no todas las puede ganar, pues. Jugar de Rambo está bien para Hollywood pero no para la vida real.

El rocotito en el ...
Atrás, la defensa quería salir haciendo la de lujo, como si estuvieran enfrentando a un equipo de barrio. Y esta manera conchuda de salir dribleando casi les cuesta un buen par de goles. No puedes hacer piruetas de perreo  frente a dos tigres que te comen de un buen zarpazo. Había que romperla, había que jugar al todo o nada. Deseos  había (ochenta  por ciento), actitud, (sesenta por ciento),  sólo les faltaba el rocotito en el asterisco para que se suelten.

Y el rocotito llegó con el gol uruguayo,  cuando el mordelón Suarez en su entrada la cubre del Mudo (fue la única que se lo pudo llevar)   gritando “si yo no la hago la haces tú”, se la juega a Sánchez que no hizo más que meterla  mordida, maltratada  con la canilla. Y ya no interesan los detalles de ese zafarrancho,  la pelota entró por divoprcio entre defensas, porque a Gallese le faltó ordenar y al Mudo le faltó gritar. Y ojo, que unos minutos antes los visitantes ya habían llegado con el mismo libreto: Cavani y Suarez jalaban marca por la izquierda para cambiarla de banda, por el hueco que dejaba Trauco, y por ahí se aparecía el peladito que metió el gol.  Y esto es explicable pero no justificable. Sólo en la chacra se juega así, cinco jugadores persiguiendo al que lleva la pelota. 
El fulbito, el avión y la azafata…
¿Y ahora? Aunque en pleno 2017 a muchos no les gusta jugar fulbito en cancha grande, a veces el chiche es necesario cuando los rivales son unos leñadores que si no te la quitan con la guadaña te amputan  con la motosierra. ¿Y cómo se les puede sortear? Jugando al  camotito, con cortísimas paredes de pa’ ti y pa’ mí.  Los incaicos (así nos llaman) se acordaron de jugar la pichanguita de barrio con veredas rotas y dos piedras como arcos, y cortísimas paredes que sólo los peruanos son capaces de hacer hasta en el pasadizo de un avión sin arrimarle el piano a la aeromoza.
Un Paolo resbaloso…
Tocaban. Más que tocar la acariciaban. Yoshimar no pisaba el palito de los yoruguas, disfrazandose  de Lobatón empezó a tocar  en one, two, three, mandando pelotazos al estilo Carlitos. Y en una de esas le liga la encomienda kilométrica  a la puerta falsa de los yoruguas. La recibe el Depre  que en el duelo capitán versus capitán le gana una y otra a vez  un Godín medio  jodín  que lo quiere jalar del brazo, de la oreja,  de la camiseta, del brazalete, de lo que pueda agarrar, pero - piña al cuadrado, piña al cubo, piña a la cuarta potencia- Paolo  está resbaloso, la redonda da  un bote, el guerrero  se la acomoda con la mitra. ¿Y  Muslera? La esperaba adelantado pero da marcha a Troya cuando ve a Paolo que viene atropellando  como una coaster rojiblanca. No, no sale a cortar, gracias Muslito de pollo por quedarte en la valla. Y  vayas donde vayas, así le rezaras a las diez mil virgenes la pelota tenía que entrar porque ya le habían separado su entrada a la platea. Y entró nomás sin mostrar su pase al guardián vestido de verde. Ovación en las tribunas, todos sonrientes, menos el autor de la criatura que regresa a su cancha con cara de verdugo después de accionar  la guillotina. 1 a 1. Y la ilusión embelesa  al espectador.

Entra el Caballito,,,
Minutos después (y minutos antes también) Cuevita recibe rodillazos perfectamente calculados y asolapados al muslo ¿al bíceps femoral? ¿Al cuádriceps? Esto lo sabe mejor el doctor Aldo Alvarado, el traumatólogo celeste. Lo cierto es que los orientales son expertos en lesionar rivales  a punta de leña. Cuevita regresa a  su caverna casi sollozante entre los aplausos de la sufrida tribuna. ¿Quién entra? Otro Paolo, el chalaco Paolo Hurtado, el pony que también sabe acompañar, armar, tocar, cubrir, centrar, habilitar. Y lo demuestra. Pero el chileno  del pitito dice que hay que descansar.
Segundo Paul McCartney.
En el camarín reciben un café cargado del Tigre que, sacudiendo su melena de bruja, les increpa que hay que tocar en guan, cambiar de puesto y pedirla nuevamente. Los  de la  franja entienden, por fin, que tienen que jugar como en la pista. Y arrancan a jugar fulbito desde el saque y –como en el primer tiempo- uno que otro pelotazo sorpresa para el Depredador a espaldas de los charrúas. Pero estos tienen adelante dos  colmillos peligrosos que se dan sus buenas escapadas creando  peligro entre los defensas cholos que de vez en cuando se desconcentran.
Afanando a la mujer del Vecino…
Desde el medio, Yoshi, es un timonel de bolichera que sigue abriendo panorama tocando, repartiendo,  lanzando, cortando, cerrando la cortina mientras Renato es una Tapia que no se deja trepar. Y las paredes se hacen  más desconcertantes. La Culebra cambia de punta y cada vez que  se la entregan  la esconde, la muestra y la vuelve a cubrir, la pisa, la enjabona, saca centros. El Oreja se junta con Caballito y arman un solo de fulbito que marea a Tabárez, convierte a Cebolla en ensalada, jodiendo a Godín  y afanando a la mujer del Vecino que con ese toque de Mundialito del Porvenir  no se atreve a salir ni a botar la basura mientras los rojiblancos se pachamanquean con la gorda. Los toques cada vez son más rápidos. Y los cambios de frente magistrales.
Carrillo la sigue jalando y pisando, se la suelta al Oreja que ipso pucho la bombea a la candela. Salta el Mudo y como acostumbra a quedar parado en el aire la mitrea bombeada. La bola cae como globo de carnaval, y Muslera se estiiiiiiiira como chicle y la saca, no nos explicamos cómo. ¿No será el hombre elástico? Porque para sacarla tuvo que haberse estirado como liga de honda.

Dame que te doy...
Y con tanto toque, tanto chiche,  tantas cinturas quebradas  la tribuna pide gol, pero este se ahoga cuando tras  una serie de toques cortos el Oreja la remata de zurda. Naka, no quiere entrar. Damas y caballeros,  el Perú no va a ser piña toda la vida. Los celestes sufren en su área pero también hacen sufrir a los peruchos. Esto se convierte en un dame que te doy. En cada choque saltan chispas. Peru sigue tocando, la defensa de Uruguay –no le queda otra-  esperando porque no sabe a quién marcar. Culebra la toca para Caballito (esto parece las Leyendas), este se la devuelve con los cascos, Culebra quiebra con la derecha y la centra de zurda para el Depredador que se la juega de chope al Oreja que no lo piensa y la remata de zurda. Y por fin, señores, gol de Perú. 2 a 1 y la tribuna enloquece. Gareca hace el salto del tigre. Ahora a aguantar. Si antes del gol saltaban chispas, ahora esto ya es una candela. Llamen a los bomberos.
Los celeste se mandan con todo y los peruchos aguantan. ¿Leyeron que Perú no iba a ser piña toda la vida? Bueno, es verdad, porque la pelota de los visitantes se pasea por el arco pero no entra, porque en el área peruana hay tanta lucha que ya parece zona de emergencia, y aquí no pasa ni el Escuadrón Verde con asu comba y su cincel. Los charrúas insisten pero la suerte está echada, la suerte es el ángel de la guarda de Gallese, la suerte se ha puesto la camiseta de la franja. Los minutos no pasan, se quedan para joder la paciencia. Dos semanas después el árbitro sopla la ocarina, y el suspiro de alivio es apagado por los rugidos de la afición. Buenas noches.
CODA
Este triunfo es sólo un paliativo. Es una pequeña batalla que se ha ganado aplicando las únicas armas con la que cuenta este equipito que nos hace pasar de las penas a las risas. No esperemos más, porque cuando uno vive de esperanzas termina muriéndose de hambre.
Hemos tenido tres meses piñas, pero uno no va a ser piñoso toda la vida, alguna vez tiene que ganar. Si ante Venezuela el partido se les fue de la mano,  hoy les tocó ganar.
El triunfo no nos va a dar la clasificación, ni  va a solucionar el problema del hambre, la sed y las condiciones sanitarias, huaycos,  inundaciones y desigualdades económicas. Imposible. Pero entre tantas desgracias, un partido ganado es un caramelo, una pizca de alegría para un corazón golpeado. Ya  lo escribió mi tocayo Manuel Acosta Ojeda en su vals:
Y qué importa mañana la condena
Si estuvo un rato el corazón contento...

4 comentarios:

  1. estupenda cronica causa. si alguein escribe con personalidad y orihinalidad ese eres tu. yo te sigo desde que escribias en el portal celeste. salud celeste

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  2. bien ahi lo houston los celestes que descoyaron yotun aquino y mudo que solo perdio dos jugadas con suares

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    1. el unico celeste actual es aquino. yotun esta en el estranjero y el mudo ya ni lo mensiones por que se quito la celeste para irse con los kabros

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    2. Y por qué no dijiste nada cuando Rodriguez se fue al Melgar? Los mistianos también se burlaron de los celestes cuando nos golearon hace casi veinte años, los mistianos se burlaron con crueles memes cuando nos ganaron el campeonato el 2015, los mistianos se burlaron de CAzulo. Eso demuestra que no tienes personalidad.

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