viernes, 29 de noviembre de 2013

EL RETIRO DE LA APELACIÓN: LAS DISCULPAS SON UN RECURSO MUY SENCILLO.

Por Manuel Araníbar Luna.
Don Ramón siempre alteraba el orden de las palabras. Por decir “la razón es muy sencilla” decía “la sencilla es muy razón”.
En este caso, parodiando a Don Ramón, el sencillo es la razón. Y no es un sencillito, es mucho más, es un sencillazo de millones de soles que se puede escapar de la caja fuerte. Ahora veamos la razón.
Reconozcamos primero que los de Ate tienen más hinchas que Sporting Cristal. Asimismo que la cerveza es más popular que el cien mil veces publicitado pisco peruano.  Y ahora todos estamos viendo que hay una campaña mediática contra la cerveza Cristal.

La Chuchi y un chancho en el Congreso...
Fíjense cuánto poder tiene la propaganda boca a boca, también llamada Radio Bemba, bola o runrún. La aplicaron con éxito los gringos en su campaña contra el té y la cucufata reina Victoria con los ingleses contra el sistema métrico decimal (esto merece una nota aparte).
Ya se ha probado hasta la saciedad que una gran proporción del público peruano es manipulable. Con el método de Radio Bemba los cándidos votantes llevaron al congreso a la Chuchi. Y no nos llamará la atención que Tongo, Melcochita y una que otra vedette sean elegidos en las próximas elecciones.  Ya las hordas fanáticas de la camiseta percudida han llevado al congreso al innombrable dirigente que mandó a sus falanges terroristas atacar a los barristas celestes e incendiar el bus del Sporting Cristal en el 91 (que se los cuente La Pepa Baldessari). Vale la pena recordar que la prensa chicha le lanzó el salvavidas al gordito de anteojos y limpió con lejía a sus barras acusando del ataque a los terrucos de Abimael. Todos se comieron ese tremendo palazo, menos los celestes  quienes estuvimos en aquel estadio recibiendo pedradas por alentar al equipo cervecero. Ahora, imitando a Jesucristo, les estamos ofreciendo la otra mejilla.
Y a lo que iba, ¿Teme la cervecería que esas mismas masas hipnotizadas por la prensa chicha del “cuánto hay” y a las dirigencias de Ate hagan lo mismo contra la riquísima chela del Rímac con el mismo método de Radio Bemba? ¿Cuántos millones pierde la Backus si toda la hinchada de la camiseta  descolorida decide no probar la bebida del pueblo y opta por las cervezas rivales o por su propia cerveza?
Ya en las redes sociales de las comadrejas están predisponiendo a los cheleros a rechazar el producto de la Backus  y optar por otro patrocinador que les ofrezca más (esta es la otra razón que interesa a las comadres). Y esto le está doliendo a la cervecería desde mucho antes de la temporada veraniega. Es que se ha invertido mucho billete en propaganda y los millones de litros de chela están listos para las fiestas y el ardiente verano.

Oficinas a prueba de ruidos
Ahora sí que calza el zapato perfectamente. La Backus ha “ordenado a quien corresponda” se envíe la carta de apelación. Y poco después, a pedir disculpas al club que durante más de cincuenta años ha venido denigrando, difamando, ninguneando, atacando -y todos los verbos agresivos que encuentres en el diccionario – al Sporting Cristal.
La vergüenza la pasamos todos los hinchas celestes. Ya las risotadas de las comadrejas que nos odian nos retumban en los oídos. Mientras tanto, los jefazos del segundo piso, para cuidar el millonario sencillazo, optan por un trámite muy sencillo: manipulan los hilos desde allá arribita cómodamente instalados en sus oficinas con vidrios a prueba de ruidos. Y los subjefes del primer piso están mandando comunicados de disculpas bien protegidos con audífonos aislantes de toda bulla. Y si las cosas salen mal, los de abajo reculan, piden disculpas y listo el caldo de gallina. Los de arriba ni se inmutan. La última rueda del coche, el grueso de la hinchada cervecera, se queda huérfana en la reverenda calle como carne de cañón y sin saber qué decir.  

La Guerrita de los seis días…
Lo único malo es que los verdaderos hinchas tribuneros regresan maltrechos de La Guerrita de los Seis Días. Las pedradas siempre las recibe la gente de la tribuna. Hace más de medio siglo que venimos pregonando con orgullo nuestros triunfos… ¿y ahora qué? ¿Tendremos que tragarnos nuestro orgullo?
Porque –como siempre- la hinchada cervecera se está batiendo sola contra el mundo y nadie distribuye gratuitamente cascos contra pedradas y tapones anti risotadas.





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