jueves, 12 de septiembre de 2019

EL CEBICHE LE GANÓ A LA FEIJOADA.


Por Manuel Araníbar Luna
Las apuestas daban a Brazil ganador por 35 a 1. Los canarinhos entraban confiados. Los cien fotógrafos y camarógrafos se acomodaron detrás de la valla peruana para ver la goleada que se avecinaba.  En el camarín peruano, recordando la final de la Copa America, en la memoria del Tigre y sus cachorros no tan cachorros, subsistía la piconería por haber perdido el título.

La estrategia de Gareca...
¿Qué decía Tite antes del partido?
—Bah, se Paolinho Guerreiro não jogar no time peruano, os peruanos não vão nos machucar porque o Peru sem o número 9 é um canhão sem balas
TRADUCCIÓN. Bah, si en la selección peruana no juega Paolinho Guerreiro los peruanos no nos van hacer daño porque Perú sin su número 9 es un cañón sin municiones.
Esta vez Gareca había analizado lo que se venía, sabiendo que Neymar se iba a poner la camiseta canarinha, y no quería perder,  ni mucho menos por goleada. ¿Que Brasil tiene un equipo superpoderoso con un ataque fulminante? Se sabe. ¿Que no conviene jugarle de igual a igual? También se sabe.
¿Qué estrategia trazó el DT de la melena leonina? Primero, dejó de lado el capricho por sus cachorros postizos –léase sus hijos adoptivos—  y cortó por lo sano para que la gangrena no avance. La consigna era no dejarlos armar ni un rompecabezas de cuatro fichas. ¿Qué es lo que había que hacer para aguantar el huracán? Lo que hacen los caribeños cuando los vientos empiezan a arreciar: tapar todas las goteras, asegurar puertas y ventanas con clavos, cola, pernos y trancas. Y dar el zarpazo de la sorpresa cuando menos lo esperen. Es que con toda la estatura y el peso, los monstruos también tienen debilidades. Al cíclope Polifemo y a Goliat se les mató con maña.  ¿Qué había que hacer? Enmarañar a los generadores, ahogar a los definidores, mochar las alas a los aleros.
De Pedrito a Pedrón...
En primer lugar puso en línea a Lucho Advíncula, Abram, Zambrano y Charapa protegidos con casco, escudo y chaleco antibalas.  Delante de ellos una formación inédita en la que los canteranos celestes Pedrito La Roca y Renato Tapia volvieron a juntarse después de quince años. Al lado de ellos, otro ex cervecero Yoshi, para repartir los naipes y las encomiendas. Esos tres, apoyados por el Gabo y Orejas asfixiaron a los rivales formando la primera barricada de rojinegros contra amarelhos creándose con ello  una aburrida película de acción pero sin muertos ni balas, salvo una que otra escapadinha del equipo de Tite.  Pedrito Aquino creció como líder en el atraque dejando de ser Pedrito para convertirse en Pedrón.  Y al otro lado Yoshi que era quien tocaba en pared, armaba, lanzaba y acompañaba. Adelante por la derecha, otro ex celeste, el Gabo (o Gabi, igual da). Al centro la Pulga trocando puestos con el Orejas.
Tudo bem, al menos en el papel, pero de nada te sirve robarle los ataques a los rivales si las malogras en salida. Casi todos los peruchos regalaban pelotas como si fueran los Reyes Magos. No pues, muchachos, ustedes no son Beckenbauer ni Julio Meléndez para salir dribleando a todos los que le salen al frente. Ustedes sólo tienen que romperla cuando lo enemigos acechan. Y es que si los arietes del trinche brasileiro se metían al área era porque Zambrano, Renato y Trauco regalaban las pelotas en salida. El Oreja tuvo un par de escapadas y eso fue todo en el primer tiempo, una pelea entre pulpos amarrados de los tentáculos.
Abram opacó a Neymar...
Para el retorno del camarín, al ver que no podían descalabrar la valla de Gallese la desesperanza cundía entre los amarelhos. Marquinhos se marcaba solo, Bruno era una fruna,  Casemiro ni la miró, Firmino no estuvo firme, Coutinho hasta el potinho, Neves se derritió, Paquetá se empaquetó. Y por último el archi super hiper ultra estrella Neymar, ovacionado al entrar, sonrió a la cámara gigante, hizo un hola a sus súbditos, dio un pasecito, y apenas lo bloquearon hizo su conocido teatro y volvió a mirarse en la pantalla para ver si lo habían despeinado. Y eso fue todo del ex pony. Quienes fueron a ver calidad en los brazucos solo encontraron solidez en los peruchos; quienes fueron a ver cinco goles de Neymar sólo vieron el de Abram.
 Dicen que la confianza mató a Palomino, igualmente esta misma confianza mató a canarinho. Todo empieza con un saque de banda de Culebra para Canchita que la esconde de tocamientos indebidos. El marcador, al ver que no puede tocarla le da una barrida de cantina a Canchita. Silbato y tiro libre en la esquina del cajón criollo. La toma Yoshi. La pide Cuevita pero Yoshi responde que la gorda es suya y que más pa’ allá. Yoshi la envía en curva de arco iris y la chancha es martillada por Abram que la peina suavecito mientras Ederson salía a destender la ropa. Gol peruano que lo grita medio estadio. Faltan seis pero es como si faltaran seis horas.
Ni cariocas ni cachangas...
Con el gol en contra, los brazucos insisten como burro enamorado pero estaba escrito en la  Crónica de una derrota no anunciada que a la valla de Gallese no iban a entrar ni cariocas ni cachangas ni cachitos (que los pitucos llaman croissants). Todavía hay un par de escapadas de Yordi pero este ha dejado la puntería en el camarín. Aburrido ya, el árbitro sopla la vuvuzela y dice bye bye. En la conferencia de prensa, Tite habló poniendo su mejor cara de palo.
—Oh meu Deus, eu não sabia que Canchinha, Yotuneiro e Abramzinho existiam. Para a revanche, vamos amarrá-los com cordas.
¿TRADUCCIÓN? Bah, no es necesario traducir sus frases, bastaba con mirar su cara. Buenas noches.

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