martes, 11 de septiembre de 2018

USAIN, LA TARÁNTULA Y AQUINO, LOS MEJORES


Por Manuel Araníbar Luna
En el futbol internacional se sale a ganar y no a jugar. Todo se planifica en la pizarra y se analiza en vídeos. Y cada día el futbol de inspiración se está convirtiendo en  fútbol mecánico. El fútbol maquinaria está dejando atrás al fútbol arte.  Los jugadores trabajan disciplinadamente, marcando tarjeta, poniéndose el overol y agarrando las herramientas, porque en el futbol rentado a nivel del primer mundo el futbol es una profesión y no una diversión.
Hoy se pide jugadores de más de 1.80mts y guardavallas que bordeen el 1.90m. Su masa muscular y su resistencia vital son científicamente  controladas del mismo modo en que lo hacen con su masa muscular y resistencia vital, cronometrados en velocidad de desplazamiento.
Claro que en  el trabajo de Gareca se trabaja en lo mismo, de modo igualmente científico, aunque con  jugadores que no reúnen el somatotipo del futbolista europeo. ¿Qué le queda al Tigre? compensar las deficiencias con inspiración peruana, la chicha de la cancha de fulbito con el toque veloz en pared con pasos de salsa y festejo. Muchas veces el toque de pichanga de barrio le ha dado resultados; cuando los peloteros cholos entran endiablados les rompen la cintura a los roperos europeos más maceteados. Y aquí nos detenemos en la frase “cuando entran endiablados”, que quiere decir, cuando están inspirados para improvisar. El domingo no todos rindieron como se esperaba. No solemos alabar a los muchachos cuando pierden un partido, pero estamos hablando de rendimiento. Estos fueron los que destacaron:
MEDALLA DE ORO Y DIPLOMA DE HONOR. Para Lucho Usaín Advíncula, que no sólo la descosió sino que la cortó finito como para un tiradito de pejerrey. Le salieron todas las habidas y por haber. Un par de pases al contrario pero sin nada que lamentar. Además, si todos fallaron en salida Lucho , con tanta velocidad, no se iba a quedar atrás. Bien lo dice el antiguo proverbio “Gol tapa caquitas”.
MEDALLA DE PLATA. Para San Pedro Gallese, el santo patrón que nos salvó de una goleada. La Tarántula agarró de todo, pero terminó vendido como Jesucristo por tantas fallas en salida de sus compañeros. Su preparador de arqueros mejicano de Los Tiburones Rojos ha hecho maravillas: ahora sale a cortar con mayor soltura, salta más alto y se levanta mucho más rápido.
MEDALLA DE BRONCE. Para Pedrito Aquino. Más que jugar, lucha con el cuchillo entre los dientes, vive los partidos con dos corazones y corre con tres pulmones. Corrió la cancha de ida y vuelta cuantas veces quiso, como en el partido contra Holanda, pero esta vez los teutones lo exigieron más. Hoy corrió por lo menos 15km.
MEDALLA DE ACERO INOXIDABLE. La Foquita. Armó juego desde diez metros antes de la línea central. Cambiando de posición constantemente creó desconcierto entre los alemanes que se multiplicaban para tapar las vías de acceso dl trío Orejas, Cuevita y la Pulga para darle pelotas adelantadas. Lamentablemente, en su mejor oportunidad, a la Foca se le quemó el foco y la mandó a la tribuna.

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