miércoles, 3 de mayo de 2023

GANAMOS CON TIJERA VOLADORA

 Por Manuel Araníbar Luna

“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”.(Luther King)


Hace unos cuantos días esta frase de Luther King parecía imposible escucharla en La Florida. Los medios chicha se regodeaban metiéndole gasolina al fogón con la noticia de una insalvable división interna, que el equipo se partía del todo, que unos se iban, y patatín patatán, mil chismes de comadres más.




Shakira vestida de celeste.

La palabra Strongest significa el más fuerte, lo más sólido, lo más potente, y otros superlativos. Bien, durante ochenta minutos la valla del cuadro amarillo de Evolandia parecía merecer ese nombre. Desde el primer minuto ya Alejandro el Chato se perdía una que tranquilamente la metía Andrea Bocelli. Los ataques llegaban por todos lados. Otro mitrazo de Távara al piso salió saltando la garrocha. El gol parecía llegar en pocos minutos.

Se notaba de ese modo que la defensa de Stronger era fuerte pero sólo en el altiplano.A esa altura hasta el Once Amigos de  Evo le ganan al Barza, pero no aquí en Limón. Lo que faltaba era serenidad para definir, porque la desesperación era como una Shakira vestida de celeste, ciega, sorda y muda.

Como jeques de Kuwait…

Los celestes remataban imprecisos lanzando fichas en el juego del sapo pero con mascarilla en los ojos. Jugaban sin ver quién a quién dar pase gol, como caballo con anteojeras. Era una conversación entre sordos.  Con tanta posesión de pelota de 75% se esperaba que la pelota entrara fácil. Pero en el primer tiempo regalaron goles como jeques de Kuwait a sus trampas europeas; no había claridad para encontrar la ruta al óvulo. Lorita desde su banda subía y subía al punto que por momentos lo veías  como volante por derecha y a veces como 10. Nacho, desde el fondo empezó a comerse la cancha y con ello era un volante más y un delantero extra.  No obstante, la fila de doble cuatro de los amarillos obligaba a dar pasecitos de izquierda a derecha y viceversa.

Dos pitbull y un dóberman…

Se intentaba con pelotazos de Yoshi y Távara. Triangulaban. Llegaban, sin embargo la pelota, ayayay, no entraba. El arquero visitante salvó varias, y otras tantas mediante valiosa ayuda humanitaria de los propios atacantes celestes que si no se la daban a la mano se las regalaban a los fotógrafos. ¿así cómo? Los pelotazos kilométricos estaban bien aunque los de adelante no llegaban o no la entendían o eran muy largos o simplemente los sacaban los zagueros boliches. ¿Qué se necesitaba? Un jugador que corriera más rápido que los amarillos. Todas las encomiendas por alto a Speedy Grimaldo no llegaban a destino. Es que el entrenador boliche había dado una orden de detención de grado o fuerza contra el pericotito celeste por parte de dos pitbull y un dóberman  que no lo dejaban ni hacer ni una quimba, ni chocolate ni finta.

Contra las agujas del reloj…

A la mitad de la película el Dt do cabelo grisalho notó que se necesitaba un alero que corra como los rápidos y furiosos, uno que se meta al guerrazo estilo guepardo y ese era Corozo que entró junto a Castillo. La Manchita seubicó por la izquierda, trocaba puestos y creaba peligro por donde entraba, claro que a veces haciendo una de más. No importa, lo peor sería que no hiciera ninguna en el zafarrancho desesperado de lucha contra once boliches unidos. Castillo recorría todo el espinazo del campo, vertebra por vertebra parchando huecos, apoyando a derecha e izquierda y frenando contragolpes. Ya en los 60’ entra Jostin que armaba algo de juego pero de goles, nada al cuadrado.  65’, la pelota no entraba y la hinchada ya se desesperaba. Las agujas del reloj tictoqueaban sin que nadie ponga el dedito para que no corra el segundero.

Los centros de Lorita y los pelotazos de Yoshi no llegaban a la pierna precisa, pero, como dijo el sabio, una tenía que salir en cualquier momento. La posición del cervecero era de 70-30; se mandaban todos pero más desordenados que cabellera de loco. Quien empujaba al equipo era Nacho que subia y bajaba incansable. Se perdía un par de cabezazos y regresaba al galope. Subía Gianfranco, subía Lorita,  subía hasta Solís pero el equipo seguía con la mecha mojada, la puntería olvidada con llave en el camarín y los delenteros sin quitarse la venda de los ojos.

La tijerita de Lora…

Pero tanto golpea el martillo a la mayólica que termina por romperla. Ya estamos en los 80’, Grimaldo ya vio que la pelota no entra a la bomba por alto y la manda baja con la zurda hacia Alejandrito, la bola choca en un amarillo, da un salto de canguro y nadie sabe de dónde aparece Lorita que hace una tijerita aérea y la chancha se mete a la canasta. El estadio estalla pero de inmediato todo el mundo enmudeces porque el línea levanta la guaripola arguyendo que Lora estaba más adelantado que Suecia y Dinamarca juntos. Leodan no es cantante, sólo sabe soplar y llamar a los dormilones del VAR para preguntarles qué hora es, y estos se demoran tres horas para certificar que, en efecto, un amarillo ha habilitado a Lorita. 1 a cero. El estadio vuelve a estallar. Los celestes alzan una pirámide incaica porque Egipto está muy lejos. Da Silva se pierde de cabeza el segundo y paremos de contar. Leodán el árbitro cantante sopla la vuvuzela y dice chau.

 Los celestes se abrazan entre todos. La tribuna ruge y canta. Nunes se abraza con Yoshi como hermanos que se encuentran después de veinte años y la tribuna vuelve a rugir. El pleito quedó atrás y la hinchada canta La Fuerza Ganadora:

… juntemos nuestro esfuerzo
cantemos alegres, cantemos unidos…

Nos parece mentira que en un par de días la guerra se ha convertido en paz teniendo como símbolo un abrazo que vio todo el Perú. Aprendan de esto, señores políticos. Buenas noches.

 

 

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