CRISTAL 1 STEIN 0, HERRERA PERFORA OTRA VEZ.

 Por Manuel Araníbar Luna

Hasta marzo de este año, los equipos se acomodaban para la foto con seis jugadores de pie y cinco en cuclillas. Hoy en día lo hacen en tres filas, todos de pie separados a un metro de distancia. Bien, el planteamiento del equipo chiclayano durante todo el primer tiempo y hasta mediados del segundo fue tal como la foto, aunque más apretujados, hombro a hombro, codo a codo y cadera a cadera, lo más parecido a palitroques de bochas, pero con chimpunes.

El Pirata Renato…

Este planteamiento de Bazalar es aceptable, es válido, aunque inexplicable en un equipo que quiere escapar de la zona de descenso. ¿Tuvo alguna variante? Sí, dos líneas de cinco con dos laucheros al filo del offside a ver si a los zagueros celestes se les escapa alguna pelotita, como en el partido anterior.  En fin, era problema de ellos el cómo defenderse, y de los celestes el cómo anotar cuanto antes, que la vida es corta y la Fase 2 lo es mucho más.

Bien, el DT celeste no se iba a poner a esperar que los azules de Chiclayo suelten un poquito su maraña de palitroques azules. Hay que atacar y se intenta, aunque no hay penetración por derecha ni por la zurda ni por el punto central. Se llega sí, aunque muy esporádicamente. Acompañado de Nilsson, Corozo se escapa por su banda rompiéndole la cintura a su marcador, y de inmediato le caen tres más. Cambio para la derecha, lo mismo para Olivares que más apoya a su volante y a su compañero marcador. ¿Y por el centro? Peor, entre los dos centrales más cuatro volantes forman un grupo de troncos de fulbito de mesa. El último recurso es patear, aunque sea de lejos. ¿Qué queda? Probar con un francotirador, y este es el ávaro Távara, que dispara sólo un par de disparos desde la pista. Más directo es el cuete de Canchita pero su canchazo revienta el dintel (así llaman los carpinteros al travesaño). Uf. Nada. No obstante, los chiclayanos tienen lo suyo. Un par de llegadas ponenn en aprietos a la zaga rimense. Renato, disfrazado por Halloween de pirata con el ojo parchado, apaga el incendio con estiradas del Hombre Elástico.

Un pirañita callejonero…

Para el segundo tiempo el DT cervecero hace entrar a Piki. Y todo varía: los puestos, los relevos y los cambios de banda, para taparle la boca a algunos desubicados que pregonan que Cristal no tiene variantes. Canchita por la derecha, Piki por el centro y viceversa. Lo mismo con Herrera, Corozo y Calca. Pican por aquí y salen por allá. Trocan por derecha y se meten por izquierda, creándoles un zaperoco de neuronas a los chiclayanos. Y todo sale de los pies de Calca, el jugador de la cintura de jebe que hace los cambios con un quite de torero bailando merengue mezclado con festejo. Los cerveceros siguen llegando, pero siempre chocan con un par conos de entrenamiento pintados de azul.

Para el segundo tiempo más de lo mismo, aunque los norteños se adelantan un poquito más, lo mínimo como para cuidar la virginidad de su valla quinceañera. El dominio bajopontino es total ante once camisetas azules amarradas como para vender por docena. La redonda va de un extremo a otro en paredes de a metro, triángulos y cuadrados. De repente un pasecito en cortada. El pirañita callejonero es Calca quien se mete en Callejón del Buque y suelta la puñalada que atraviesa toda la línea maletera de los azules. ¿Y quién viene por la derecha? Emanueve, un oportunista que ha venido a pescarla sin anzuelo. Facilita. La empuja y la bola infla la canasta. Uf, por fin.

El árbitro miope…

Los azules reaccionan y el juego se pone de dame que te doy. Cada ataque cervecero es respondido con una entrada peligrosa de los norteños. De nuevo Renato -con buen olfato y sin recato- vuelve a salvar un cabezazo ponzoñoso de los norteños. Tanto se adelantan los chiclayanos que descuidan nuevamente a Calca que ha venido más puñalero que nunca. Otra puñalada igual a la del gol, pero esta vez la Maquinaria no la alcanza. Por último, el árbitro miope Víctor Hugo, que ha expulsado a Calca por las santas y reverendas huérfanas de la guerra, da por concluido este movido encuentro. Buenas noches.