lunes, 9 de julio de 2012

SPORTING CRISTAL 4 CHELAS, SAN MARTIN UNA MUELA


Por Manuel Araníbar Luna.

La mentada paternidad ahora es maternidad, los cerveceros les hicieron cuatrillizos. Los Diablos Azules se impusieron a los santos.

Los rimenses tenían la sangre en el ojo.  La consigna de Mosquera era ganar sí o sí. Empatar o perder significaba el alejamiento de los punteros. La derrota del miércoles aún causaba escozor. La hinchada pedía las cabezas de varios integrantes a pesar de que se sabía que una derrota era posible en aquella altura del Cusco, y además que … ¡bah!, esa batalla perdida es cosa del pasado, hoy estamos escribiendo sobre el triunfo ante la San Martín.

El elenco santo llegaba con un dato, un antecedente como para hacer cachita: hacía cuatro años que no se les ganaba. Esto les daba una autosuficiencia, un sello respaldado por las frías estadísticas: “soy tu sombra blanca, jamás podrás ganarme”. Pero las estadísticas engañan, obnubilan, obscurecen la vista. Para colmo, adelantaron con un gol fácil. Y esa autosuficiencia los ensoberbeció. Celebraron su gol creyendo que tenían un pan comido. Pero si un equipo juega con los antecedentes en el bolsillo se olvida que al frente hay un rival que siempre sale al ataque. Y en este duelo los celestes dispararon a matar sin dejarles levantar el arma.

El equipo albo es muy difícil, por ello se amerita el triunfo cervecero. Era asunto peliagudo generar ataque y bloquear a un equipo lleno de mediocampistas como el albo. A cada pelota perdida, los blancos atacaban como lanzas. Los santos, tal como en la primera rueda, arrancaron sin centro delantero. Por tanto su iniciativa fue poblar el medio campo celeste con volantes mixtos y gente hábil.

Toda una maraña de jugadores albos se había apoderado del medio campo durante el primer tiempo. Y  esta ocupación de terrenos ajenos les duró hasta la consecución de su gol. La llegada de Sheput los desalojó a punta de inspiración. El Pincel, acompañado de un  Irven que arrancaba desde atrás, con sus cambios de ritmo y pases en callejón los dejó sin piso. Cada pelota que llegaba a los pies de Renzo, de inmediato, tal como se ensayó durante un par de días,  Junior, Charapa y el Irven cambiaban de puesto y la recibían  a espaldas de los centrales de la San Martín.

Sheput, Ávila, Rengifo y Ross salieron a jugarse el todo por el todo, recordando que los celestes también tenían un dato estadístico que decía que integran la delantera más matadora del campeonato. E hicieron lo que tenían que hacer, lo que jamás debían olvidar: matar. Y vaya que lo hicieron.

LIBRETA DE CALIFICACIONES.

DELGADO (14). Respondió cuando fue exigido y en los centros cortó con sobriedad. Como caudillo y capitán, supo reclamar ante la ceguera del árbitro por faltas reiteradas de los contrarios. No tuvo culpa del gol del equipo albo; Ramos es un cabeceador que ya nos había anotado y que había surgido como un fantasma anticipándose a quien lo marcaba. En los goles que perdieron los santos – hay que reconocer que fueron varios- más que todo lo vendieron las descoordinaciones de su línea defensiva.

ADVINCULA (16). Otro buen partido de Ussaín. Cada día está quitando mejor, no comprometiendo a la defensa  con fouls en las inmediaciones del área cervecera. Solamente le contabilizamos uno  por retención de balón, que en realidad fue infracción del adversario.

AYR (15). Sólo lo quebraron una vez. Cuando se proyectó causó peligro. Casi anota un gol de sombrerito que salió soplando el travesaño.

ALVAREZ (15). Seguro en los cruces y relevos. Fue sorprendido en el gol de Ramos. Y bueno, a todo el mundo alguna vez se le quedan  los chimpunes pegados con chicle al pasto. Pero en el resto cumplió, remendando fallas en salida y cortando muchas triangulaciones de Cueva y Montaño.

YOTUN (14). Aunque no se proyectó mucho debido a que Montaño se pegaba para golpear por su ala, en líneas generales cumplió.

VILCHEZ (13). Recibió órdenes de ayudar a Cazulo en la tarea de anular la generación de ataques de la difícil línea de mediocampistas albos. Fue un tapón que marcó zona sin no pegársele a nadie en especial puesto que los mediocampistas albos se desplazaban por todos lados trocando puestos  y obstaculizando la recepción de las bolas recuperadas. Los albos le complicaron las salidas limpias.

CAZULO (17). Otra gran actuación que se explica porque tuvo que bloquear avances de gente diestra como Montaño y Cueva. Nuevamente lo vimos guapear y empujar a quienes se quedaban estancados  y pusilánimes ante los avances de los visitantes. Es un raro caso de la naturaleza, los científicos no se explican cómo es que ha nacido con tres pulmones y un corazón tan grande.

LOBATON (14). Salió a jugar de 10, dejándole su puesto al Neka. Como sucede con  los equipos que enfrentan a cristal, siempre lo rodearon mínimo   tres contrarios lo que no le dejó respirar. Lo lesionaron muy temprano.

RENZO (18). Despertó por fin. Se desperezó y lo primero que hizo fue dajar el desgano en el banco de suplentes; casi ni calentó por la lesión de Loba y salió a jugar a la de a verdad. Volvió a reeditar sus fantasías generando  muchos pases al vacío con sus ya famosos “toques de desprecio”. Y cuando el partido estaba ya definido, se dio el lujo de hacer una huacha espectacular. Gravitante en el desarrollo del partido, tuvo participación en la consecución de los goles celestes.

ROSS (17). Otra buena actuación que ya se está haciendo costumbre en él. Le rompió la cintura a Corzo y a los otros dos que venían a bloquearlo. Cuando agarraba viada no lo alcanzaban ni en auto de carreras. Su gol fue psicológico, puesto que apagó la música al baile cachaciento que se estaban dando los albos tras su anotación. Este tanto  motivó al cuadro cervecero a desquitarse cuatro años de derrotas.

AVILA (18). Otro que por fin se quitó las piedritas de las suelas de los chimpunes. Ante el lavado de cabeza que les dio Mosquera a él y a Renzo en el camarín, jaló la palanca y echó al desagüe su medrosidad grabándose bien al fondo del cráneo que los mediocres no merecen ponerse la sagrada camiseta celeste. Rompió un par de cinturas en la zona caliente de los albos para el primer gol. Añadió de mitra un venenoso centro de Sheput para el segundo, sorprendiendo a Cardoza que estaba más preocupado en seguir a Rengifo seguramente creyendo que esta vez el Irven Beybe tampoco la iba a hacer. En el tercer gol, la metió como vino, unos dicen que fue de media chalaca y otros que de media tijera; más bien la metió de ganas, de ambición de reconciliarse con el gol sin importar cómo la metía. Y en el gol de Rengifo se la supo poner medidita, servidita para que se despache. En suma, en los cuatro goles quedó estampada su firma con tinta indeleble sobre las camisetas blancas del rival.

RENGIFO (15). Se reencontró con el gol en un contragolpe de tres toques. Estos contragolpes ya los dábamos por olvidados en el camarín. Si así fuera siempre, Cristal ya anduviera por los cien goles. El Hernán colaboró con la defensa cuando se proyectaban los difíciles backs del elenco blanco, estorbándolos en las pelotas paradas.

FRANCO (12). Paciencia, aún está soltando los músculos. Recién está amansando los chimpunes.

CARRANZA (12). Entró para refrescar el medio campo, obstruyendo y quitando espacio ante el intento de recuperación de  los santos. Casi ni la tocó, pero se necesitaba su presencia para la bolsa de minutos.


1 comentario:

  1. aranibar, le estás poniendo nota muy alta a Vilchez, yo por mi parte le pongo un 08, porque malogro varias salidas, se dejo quitar las pelotas y el cuevita y montaño lo hicieron trizas
    y esta vez no haz calificado al arbitro que fue una calamidad, no cobro la falta contra carlitos lobaton y ya lo hicieron perder el partido contra vallejo
    a cazulño no le cobro un penal
    mencion aparte para el loko que no etuvo bien si no es porque perea la pateo mal casi le meten gol dos veces
    dices que tarek carranza ni la toco y estas errado porque carranza la toco dos veces y para mi merece un catorse
    olvidas tambien de decir que rengifo en el tercer gol le roba la pelota a ramos

    ResponderBorrar