viernes, 22 de noviembre de 2019

CHITO Y PINCEL: DOS CELESTES, DOS ÉPOCAS.


Por Manuel Araníbar Luna
Dos noticias de dos referentes para la historia cervecera. Dos estilos diferentes. Dos puestos diferentes,. Dos épocas diferentes. Vistieron la camiseta celeste con dos tonos diferentes. El cumpleaños de uno y el anuncio del retiro del otro. Orlando Chito de La  Torre se retiró hace más de cuarenta años. Renzo Sheput anuncia su retiro hoy  día.

Ambos, en su dilatada trayectoria, cambiaron de camiseta contra su voluntad pero por sus venas siempre ha corrido sangre cervecera. Y no lo han ocultado. Quienes vimos jugar a ambos no olvidamos las hazañas de uno y otro.
Orlando el Furioso...
Protagonista de mil batallas defendiendo la celeste y la blanquirroja, Orlando de la Torre, el Chito, era un fiero back centro, un líder de armas tomar. Un mechador que se compraba todos los pleitos en los que intervinieran sus compañeros. El protomacho que imponía respeto, primero con la mirada desafiante, luego con la advertencia verbal y al final con la definitiva guadaña, ha cumplido 76 años. Si parece que fuera ayer cuando vimos pararle pleito a los seleccionados argentinos hace cincuenta años cuando los locales  creyeron que con el seudo cuco de la Bombonera podían atarantarlo.  Falsa ilusión. Sueños de opio. Chito se los comió con peluca y todo a punta de cabezazos y chalacas. Dos años después, los celestes, bajo su mando, se batieron contra veintidós futbolistas argentinos apoyados por cerca de cien matones. Hasta ahora recordamos lo que le dijo a sus compañeros antes del partido definitorio contra el representativo argentino.
—¡Aquí nadie se acobarda, carajo!  ¡Y al primero que se acobarde yo mismo me encargo de sacarle la...!
El fabricante de fantasías...
Renzo, a su vez, anuncia su retiro. Renzo, el artista. Renzo, el pintor de filigranas con una sola pierna. Renzo, el de la zurda mágica. Renzo, el creador de huachas y el fabricante de tacos en un metro cuadrado. Su estilo de juego, en esta época de futbol a 100 por hora y de futbolistas superatletas que corren 15 kilómetros por partido, es de una especie en extinción. A diferencia de los partidos que jugara Chito cuando no se televisaban los encuentros, en su favor juega esta época de tantos adelantos donde se pueden ver una y otra vez sus jugadas increíbles, sus arabescos y  fantasías  con la zurda, sus pases de taco, sus jugadas en corto, sus increíbles pases en callejón, sus mortíferos tiros libres y sus goles imposibles con la camiseta celeste. En fin, y sencillamente,  su arte.
¿Qué nos queda decirles? Gracias un millón.
¿Qué podemos lamentar? Que ambos no se han retirado con la celeste, aunque la llevan puesta en el corazón, debajo de la divisa del club que los cobijó tras su salida.
Palmas y laureles celestes para ambos. Gracias por los momentos felices que nos dieron a los tribuneros.
¡Feliz cumpleaños, inolvidable Chito! ¡Feliz retiro, genio Pincel!

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