miércoles, 10 de febrero de 2016

CRISTAL 2, DON BIGOTES 1: TRIUNFAZO EN AREQUIPA

Por Manuel Araníbar Luna       
@squinaceleste
El pitazo del bigotón dio inicio a un partido que se avizoraba movido como el mar chalaco. Con velocidad, con adrenalina, con la necesaria piconería para que un partido tenga visos de batalla. Arrancaron los characatos con la idea de asfixiar a los celestes por todo, de quitarles oxígeno, y con ello atarlos de brazos y piernas.
No obstante los celestes se repusieron luego del primer cuarto de hora. La primera sorpresa fue la ausencia de Jair Céspedes y el Mudo, lo que dio lugar a la elevación del rendimiento de Alexis Cossio y Abram, quienes la están sudando más en su pelea por el titularato. Esto hace que los jugadores luchen por quitarse el terokal de la banca la banca y se esfuercen por entrar a cancha con ganas de ganarse los frejoles.
Dos hamsters celestes…
La volante celeste estuvo un tanto irregular; los rápidos mistianos los rebasaban porque, con un Piki retrasado, Barrabas andaba muy solo en la contención. Tocaron hilvanaron, se buscaron, destacando en ello la movilidad de los dos que más se mostraron de la cancha como texto con resaltador celeste: Irven Y el Chapu. Estos dos vivarachos pericotes se encargaron de causar jaquecas a Reynoso, quien tiene bastante espacio para la migraña. Eran dos hamsters, de esos que no descansan ni para hacer su pupú que volvieron locos a los peloteros arequipeños. Cambiaban punta, avanzaban, retrocedían, alteraban trayectorias a puro pulso y sobre todo sin miedo a la altura mistiana, la cual les afectó menos que un partido en Chosica.
Hasta que a los 28’ una falta cobrada por la izquierda fue pedida por el Chapu. Este lanzó un centro combado, retorcido, enroscado, caprichoso. Saltaron todos, y varios se apretujaron dentro del área. Pero nadie tocó la bola que caía limpia, incólume, sana y salva, dándose el lujo de rozar hombros y cabelleras, caspa y gel, pero ninguna la desvió. Tapado por celestes y rojinegros, el arquerito ni la vio cuando la redonda enjabonada se le chorrea por debajo del sobaco y da bote antes de inflar la canasta. Maldijo su suerte, pataleó pero ya el bigotón había señalado el centro de la cancha. Uno a cero y los huairuros se mandan con todo. Esto consigue que los celestes empiecen a contragolpear y acelerar golpe por golpe en más ocasiones. Y esto se transforma, damas y caballeros, en un dame que te doy. Hasta que el Pítoman los manda al camarín.
SEGUNDO PAUL MCCARTNEY.
Igualito que en el primero, arrancaron con las mismas ganas y la misma velocidad, cada ataque de los hijos del Misti era respondido por los hijos del Saint Christopher, el Misti bajopontino. Y tempranito nomás, cuando los espectadores se estaban acomodando, un disparo del Chapu choca en la pantorrilla de un piñoso rojinegro. ¿Y a quién le llega? A Costa que sólo la añade. El Yorugua embaraza las redes y se lo grita al mundo para que lo escuchen en la frontera con Brasil como si hubiera hecho quintillizos. Vale, mi querido cabeza de huevo, ese es el gol de la confianza.
Pero las acciones siguen. Penny salva varias que ya las estaban gritando como gol en las picanterías. La defensa, aunque con algunas indecisiones en la línea del offside, se bate con lo que tiene. Como no estaba Loba, uno de los puntos débiles es la pérdida de las pelotas en salida, pero aun así se llega por ambas puntas.
Tres Pitágoras ciegos…
Al promediar el segundo tiempo ya todo está dicho. Los mistianos no iban a empatar ni con ayuda de la Virgen de Chapi, salvo que recibieran un ayudita como en el año pasado. Pero la ayuda les llegó de un trío de Pitágoras que de vírgenes y de matemáticos no tienen nada: los jueces de línea y el Señor Bigotes. Un penal que -como el extraterrestre que embarazó a una gringa- jamás existió. Don Bigotes obedeció a su banderillero y señaló el punto G. Dos a uno y ya faltaba poco. 
No obstante, aquí viene otra gracia del ‘pita por gusto’. Una contra celeste que se la lleva a toda carrera el chibolo Ray como un rayo llegando al área con dos escuderos. Y se forma una pelotera en área characata. Un tremendo ¡uf! se escucha en la tribuna porque la pelota no entró, pero en la repe todos vimos una mano rojinegra, una inmensa mano como la de Ray Barreto, el tocayo de Sandoval. Claro que no la vieron los cieguitos, ¡porla! ¡tres veces porla! Pero esto ya lo pondremos en otra cortita. Además los celestes ganaron bien, con varios chibolos, y con mucha clase. ¿Entonces, para qué renegar?
Pita el bigotón pero el Cabezón Reynoso no pitea; esta vez no se atreve a mostrar los bolsillos del lompa. Lógico. Buenas noches.

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